Al que ama, se le nota

El amor hace que toda la vida tenga una luz diferente. Nos afecta a la mirada, a la mente, pero sobre todo al corazón. Al que ama, se le nota, en su hablar, en su actuar... ¡contagia amor! No debe extrañarnos, que Jesús coloque el amor en el centro de todo. Amar a Dios es el único valor absoluto en nuestra vida. Todo lo demás tendrá la luz que reciba de la luz de ese amor. Lucirá más, si nos lleva a amarle a Él; estará apagado, si nos aleja de Él. Las demás personas son imagen de Dios; es imposible dejar de amarlas sin, por ello, estar dejando de amar a Dios. El culto a Dios viene después. Es el amor a Dios, y al hermano, el que le da valor; sin ese amor, el culto esta vacío, carece de sentido. El amor debe poseerlo todo, debemos darle las llaves de nuestro corazón y que lo posea todo, y una vez instalado ahí lo transforme todo.