Jesús es el único rey al que podemos hablar de tú a tú
La figura de Cristo se nos presenta hoy en una dimensión de realeza: Jesús es rey del universo, pero un rey un poco peculiar.
El evangelio tiene como escenario el Calvario. Y en el centro destaca una cruz, donde eran ajusticiados los esclavos.
Aquí no hay sitio para los signos de la fuerza a los que podemos estar acostumbrados. Cristo quiere ser reconocido como rey únicamente a través de una adhesión libre, en el amor, sin imposición. Es un Rey vencido por la fuerza, pero victorioso en la debilidad del amor, que nunca aceptó el uso de la fuerza. Incluso su lenguaje, que a su alrededor era de política y de fuerza, sólo fue de misericordia, perdón y amor.
Pidámosle que su ejemplo de amor y entrega hasta la cruz nos mueva a ser buenos súbditos suyos, buenos ciudadanos de su Reino.
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