Adviento, tiempo de abrir los ojos
El tiempo de Adviento lo vivimos desde nuestra historia concreta.
Las lecturas de estos días nos hablan de un mundo que, a pesar de todos sus defectos, tiene remedio.
Las lecturas de estos días nos hablan de un mundo que, a pesar de todos sus defectos, tiene remedio.
El Adviento nos recuerda que Dios nos quiere liberar de las injusticias, de las opresiones, de los miedos.
Los dos ciegos del Evangelio de hoy son el reflejo de todos aquellos que ahora mismo están clamando desde su interior, desde la pobreza y el hambre, la soledad y la enfermedad, la injusticia y la guerra, un Salvador.
Quizás hoy nosotros nos podamos preguntar si hemos caído en la cuenta de nuestra necesidad de salvación, si reconozco en mí algún tipo de ceguera que quiero que Jesús toque y cure.
El Adviento es una invitación a abrir los ojos, a esperar, a permanecer en búsqueda, a pedir, «ven, Señor Jesús», a dejarnos salvar.
Sea cual sea nuestra situación, Jesús siempre está dispuesto a alargar su mano para sanar y que podamos seguir adelante con una esperanza renovada, porque nos asegura que él está con nosotros.
Pidamos a María que en este Adviento se encuentren nuestra miseria y la respuesta salvadora de Jesús, porque hemos sabido ponernos humildemente ante él.
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