Adviento, tiempo de reconocer
Las lecturas de hoy me interpelan especialmente. Balaán anunció la futura venida del Mesías. El Bautista lo señaló ya como presente.
Jesús, vino hace dos mil años y, como Resucitado, sigue presente entre nosotros. Y me surge la pregunta: ¿le estoy acogiendo de verdad en este Adviento y me dispongo a celebrar la Navidad en su profundo significado?
Muchas veces me sorprendo admirando la actuación de Dios en el pasado, pero, ¿estoy dispuesta a saberle reconocer también en el presente?
Su presencia en nuestra historia no nos viene siempre a través de personas importantes y solemnes. A veces de quien menos nos lo podíamos esperar se nos da ejemplo de vivencia auténtica del Evangelio. Siguen siendo muchos los profetas que Dios nos envía para que entendamos sus intenciones de salvación.
La voz de Dios nos puede venir de las direcciones más inesperadas si sabemos estar atentos. ¿Qué tapa nuestros oídos para impedirnos escuchar lo que Dios nos está queriendo decir?
Cada día, no sólo en la Eucaristía, sino a lo largo de la jornada, en esos pequeños encuentros personales y acontecimientos, sucede una continuada venida de Dios a nuestra vida, pidámosle saber estar despiertos para reconocerle.
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