Un domingo sin lunes
La invitación de hoy es algo que parece no estar muy de moda en nuestros días perseverar en la fidelidad. En el mundo de lo efímero y de lo pasajero se nos anuncia esta palabra para disfrutar de ese descanso último y para siempre que nos prepara Dios. El del domingo último, ¡el domingo sin lunes! No olvidemos que nuestro descanso está en Dios, o, mejor dicho, Él es nuestro descanso.
Pero caminamos con las mismas tentaciones de desconfianza, distracciones y rebeldía que el pueblo de Israel. Como ellos, también nosotros podemos echar en saco roto toda gracia y todo don que Dios nos ofrece.
La perseverancia puede parecernos difícil, pero contamos con la ayuda del Señor, escuchando su Palabra, celebrando los Sacramentos, orando. Él nos ayudará a llegar a la meta y a llevar el estilo de vida que Él quiere de nosotros.
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