Prepárate para las pruebas

Nuestra sabiduría es participación de la sabiduría eterna e insondable de Dios, por lo tanto, es un don suyo. Como todos los dones,también requiere una tarea y un aprendizaje por nuestra parte.

Cuando nos llegan las pruebas, que se ven como venidas de la mano de Dios, hay que poner la confianza en él. El autor sagrado nos pone como ejemplo a todas esas personas que fueron fieles a Dios: «¿Quién confió en el Señor y quedó defraudado?».

Nosotros también nos encontramos con dificultades internas y externas en nuestro camino de seguimiento, y a veces nos desanimamos porque las pruebas nos parecen insuperables.

Las pruebas suponen un parón en nuestra vida. Nos hacen pensar qué es lo realmente importante en nuestra vida y desde qué criterios y valores nos estamos moviendo.

En los momentos de prueba pidamos al Señor la suficiente fe para creer que con su fuerza no hay dificultad insuperable y sabiduría para responder desde su voluntad, que es la única que nos trae la felicidad.

«Confía en Dios, que él te ayudará, espera en él y te allanará el camino».

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