Un arco iris, símbolo de tu confianza en mí
Termina hoy la historia del diluvio con la alianza que Dios hace con Noé y su familia.
Entre las cláusulas de esa alianza hay un mandamiento que destaca por su importancia: «Al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano, porque Dios hizo al hombre a su imagen».
Dios propone como señal del pacto con Noé, el arco iris para que, cuando vean, recuerden que Dios ha empezado de nuevo con ellos.
Dios está siempre a nuestro favor. Por encima del mal que podamos cometer nos sigue amando y concediendo un voto de confianza.
Jesús inició una «nueva creación» y, al vencer a la muerte, nos invitó a todos a salvarnos en su Arca, que es la Iglesia.
En su alianza con la humanidad, nos sigue pidiendo una cosa importante: que respetemos a nuestros hermanos, su vida, pero también su honor y su bienestar. Quedó claro en la alianza con Noé, pero mucho más en la de Jesús: «a mi me lo hicisteis».
No estaría mal que recordáramos dos cosas: que Dios tiene una infinita misericordia, que siempre está dispuesto a hacer salir su sol después de nuestros fallos; y que nosotros hemos de tomar la decisión de no hacer nunca daño al hermano, porque es imagen de Dios.
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