Sin esconder su condición

La experiencia personal del profeta Oseas -su mujer le fue infiel- le sirve para describir la infidelidad del pueblo de Israel para con Dios, el esposo siempre fiel. Y, a través de ella,nos invita a la conversión. No una conversión basada en el interés o para evitar el castigo, sino una verdadera conversión de las actitudes interiores.

En el Evangelio, la parábola bien conocida del publicano y el fariseo, Jesús no está comparando a un pecador con un justo, sino a un pecador humilde con un justo satisfecho de sí mismo, que cumple pero no ama. El publicano, se presenta en humildad ante el Señor, sin esconder su condición, es atendido.

La llamada de Oseas se dirige también hoy a nosotros, supone una invitación a organizar nuestra vida según Dios, a poner el acento en las actitudes interiores, sobre todo en la misericordia hacia los demás, que en un cumplimiento vacío de sentido.

Dejemos actuar al Señor en nuestra vida, como el publicano. Tomemos conciencia, especialmente en este día acogiendo la invitación del Papa Francisco 24 horas para el Señor, de que Dios nos perdona cuando invocamos humildemente su perdón, eso hará que nuestro corazón irradie misericordia también con los demás, ayudados por su gracia.

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