Un programa concreto y progresivo

Empezamos la segunda semana de Cuaresma. Daniel,en una hermosa oración, reconoce la culpa del pueblo de Dios, que ha hecho oídos sordos a la voz de los profetas. Reconoce emocionado la fidelidad y bondad de Dios.

Del reconocimiento de sabernos pescadores y pedir perdón, pasamos a la invitación de Jesús, que siempre va más allá, de saber perdonar nosotros a los demás.

El modelo que nos propone es el mismo Dios y el programa, concreto y progresivo: «sed compasivos... no juzguéis... no condenéis... perdonad... dad».

Reconocer nuestra fragilidad es el punto de partida indispensable para la conversión. La palabra nos invita a mirar nuestra historia,ver la bondad de Dios en ella y a volvernos a Él, seguros de que Dios, como un padre misericordioso, nos acogerá.

El siguiente paso, el que nos propone Jesús: ser compasivos y perdonar a los demás como Dios es compasivo y nos perdona a nosotros.

Hoy será bueno que digamos de corazón lo de «perdónanos como nosotros perdonamos», con todas las consecuencias. Pidamos al Señor que nos ayude para que no seamos duros de corazón ni en nuestros juicios ni en nuestras palabras con el prójimo.

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