Esclavitud y libertad
Hoy se nos habla de esclavitud y de libertad. El cántico de alabanza que brota de los labios de los tres jóvenes en el horno de BAbilonia sólo puede brotar de corazones realmente libres.
Jesús nos enseña dónde está la libertad. El fue libre ante su familia, ante sus discípulos, ante las autoridades, ante los que entendían mal su mensaje, su mesianismo y querían hacerlo rey. Fue libre para anunciar y para denunciar. Siguió su camino con fidelidad, con alegría, con libertad interior.
Ser libres significa ser hijos, no esclavos. "La verdad os hará libres". Aquí está la profundidad de lo que nos ofrece Jesús.
¿Nos hemos parado a pensar alguna vez de qué somos esclavos? ¿Dejamos que Jesús nos comunique su admirable libertad interior? ¿Nos sentimos y vivimos como hijos en la familia de Dios o cumplimos normas, realizamos ritos vacíos?
La Pascua de Jesús quiere ser para nosotros un crecimiento en libertad interior. En un mundo que nos ofrece valores contrarios al evangelio, que nos llevan a la esclavitud, escuchemos la invitación de Jesús a ser libres, a ser hijos.
Al rezar el Padrenuestro, dejémonos empapar el corazón de la certezas de sabernos hijos amados por el Padre y vivamos estos días con confianza y en libertad.
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