Alegría en el amor y la fidelidad

La comunidad que se reúne en Jerusalén nos ofrece la imagen de una comunidad que escucha, valora lo que hay a favor y lo que hay en contra, se abre a la novedad que el Espíritu está suscitando por encima de discusiones, aunque también las hubo.
Jesús continúa con la metáfora de la vid y los sarmientos, llevándonos al significado y concreción del «permanecer» en Él: se trata de «permanecer en su amor, guardando sus mandamientos».
El Padre ama a Jesús y Jesús al Padre. Jesús, a su vez, ama a los discípulos, y éstos deben amar a Jesús y permanecer en su amor, guardando sus mandamientos, lo mismo que Jesús permanece en el amor al Padre, cumpliendo su voluntad.
Esto es lo que nos lleva a la alegría plena, el amor y la fidelidad con que vivimos en lo concreto lo Él nos pide, aunque a veces no sea fácil.
Pidamos al Señor que la celebración de esta Pascua nos ayude a crecer en alegría viviendo en amor y fidelidad al Resucitado.

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