Más allá de las apariencias
No sé si alguna vez te has parado a pensar que la gracia que te da el Señor pueda resultar vana. Pablo era feliz considerándose un cooperador del Señor. Cuando pienso en mi tarea de hoy ¿la considero como un «trabajo contigo», Señor?
Quizá hoy para mí es tiempo oportuno para poner ante el Señor los signos de mi fidelidad a Él. Pablo nos ofrece los suyos.
«Tenidos por impostores, siendo veraces... Como desconocidos aunque bien conocidos.. Tenidos por muertos, estando vivos... Castigados, pero no condenados a muerte... Como tristes, pero siempre alegres... Como pobres, aunque enriquecemos a muchos... Como los que nada tienen, aunque todo lo poseemos»
Poderoso contraste entre el aspecto exterior y la realidad interior. Cuando todo parece perdido brota la confianza en lo hondo de sí mismo «estamos vivos... estamos siempre alegres... lo poseemos todo...».
Aquí está el sentido del dolor, del sufrimiento, el triunfo del amor de Dios sobre todo aquello que hace tambalear nuestra vida, aunque se esconda a los ojos de quiénes sólo ven la apariencia.
Comentarios
Publicar un comentario