Una transformación a nivel del corazón

Dichosos...
Primera palabra del sermón de la montaña. Y es que la felicidad es el proyecto del Padre para cada uno de nosotros... Nuestro corazón no anhela ni aspira a otra cosa.
Los pobres... Los no violentos... Los afligidos... Los que tienen hambre y sed de justicia... Los misericordiosos... Los sinceros y limpios de corazón... Los que trabajan por la paz... Los perseguidos...
El Señor pone la felicidad más allá de facilidades baratas, no propone alegrías fáciles.
La felicidad para el Señor es la del hombre que lucha, que no se deja abatir.
Es ahí donde reconocemos que no nos agrada la pobreza, que huimos de la dificultad, del dolor... Y si vamos un poco más allá, reconocemos que no somos limpios, misericordiosos o pacíficos.
Pero Tú nos muestras la línea a seguir para no perdernos, para alcanzar la verdadera felicidad.
«Porque suyo es el Reino de los cielos. .. Heredarán la tierra... Serán consolados... Serán saciados... Alcanzarán misericordia... Verán a Dios... Se llamarán hijos de Dios... Suyo es el Reino de los cielos...»
Nos propones una transformación a nivel del "corazón", de la personalidad profunda. La verdadera grandeza del hombre, su promoción vital, está en Dios.

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