Ir de autosuficiente

Pablo usa hoy el ejemplo de Abraham. Tanto puede agradar a Dios un judío como un pagano. A ninguno de los dos el Señor les tiene en cuenta sus pecados, pura gratuidad.

Cuánto bien nos hace recordar que también con nosotros Dios ha tenido que usar misericordia. Así no iremos por la vida con aires de suficiencia, como si fuésemos perfectos cumplidores, y los «pecadores», los otros.

Dichosos nosotros, que el Señor, no nos apunta el delito.

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