Me has dado mucho y por eso te doy gracias

La iglesia celebra una vez al año el día de la acción de gracias. Es un día al final del verano y pretende agradecer los frutos de las cosechas.

Cada día, cada momento hay motivos para dar gracias a Dios, entre otros por el don de la vida. Sin querer, podemos irnos sumergiendo en relaciones de "te doy para que me des", pero la dialéctica divina es otra, y la celebración de hoy nos lo recuerda: "Me has dado mucho y por eso te doy gracias". Dar gracias cuesta muy poco, y si sale del corazón es la más noble expresión de un sentimiento humano.

El agradecimiento es a veces lo único que podemos dar. Quien da otras cosas sin agradecimiento, hará intercambio o comercio. El que no es agradecido es sumamente pobre. Quien no da gracias a Dios es porque en el fondo no está convencido de deberle nada. Pero a Dios se lo debemos todo.

Lo único que podemos darle a Dios es nuestro agradecimiento. Pero el agradecimiento no puede imponerse, como tampoco el amor. Tiene que salir del corazón como expresión de la persona. Eso es lo que agrada a Dios.

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