Nuestra única defensa, la confianza
Las palabras del Evangelio de hoy pueden sonarnos fuertes. Jesús habla de todo aquello que puede amenazar nuestra vida, que nos inquieta, que nos hace sufrir.
Y lo que parece más extraño, nos invita a permanecer desarmados. Nuestra única defensa, la confianza en su enseñanza, su aliento y su presencia. Nuestra vida, como la suya, sin violencia, sin rencor, dando testimonio de la fuerza del amor.
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