El amor no se pierde en palabras

Hola a todos, muchos días sin escribir, ¿verdad?  Demasiados acontecimientos en mi vida requerían silencio en toda su amplitud, pero aquí estoy de nuevo, para compartir este pequeño espacio con vosotros.

Al quedarme a solas con el Evangelio de hoy me detenía en la frase que sale de la boca de los demonios "Tú eres el Santo de Dios". Me preguntaba cuántas veces salen de mi boca palabras "bonitas" dirigidas al Señor, pero que muchas veces no se traducen en amor y en entrega a los demás. Quizá una bonita petición para este día podría ser que mi amor no se pierda en palabras.

Y me llamaba la atención la autoridad de Jesús y la fuerza de la expresión "Cállate y sal de él". Qué bien hace a nuestro corazón poner delante de Él todas esas cosas, situaciones o personas, que de un modo u otro nos esclavizan, nos hacen enmudecer o nos acorralan, nos aplastan o sacan lo peor de
nosotros, para que las silencie y las libere quien puede de verdad hacerlo.

Gracias, Señor, por tu palabra, tu presencia, tu compañía, que son luz en el horizonte de nuestra vida.

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