Padrenuestro

Lucas nos presenta a Jesús recogido en oración, un poco apartado de sus discípulos. Cuando terminó, uno de ellos le dijo: «Señor, enséñanos a orar» . Jesús, con mucha sencillez, dijo: «Cuando oréis, decid: “Padre...”», y les enseñó el Padre Nuestro Son las primeras palabras de la Escritura que aprendemos de memoria desde niños y que acompañan muchos momentos de nuestra vida. Esta oración recoge y expresa nuestras necesidades, no sólo materiales sino también espirituales. Por ellas, Jesús nos anima a decir con fuerza: «pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá». No se trata de pedir para satisfacer los deseos, sino para mantener despierta la relación con Dios, porque quien ora jamás está solo. Que María nos ayude a redescubrir la belleza y la profundidad de la oración cristiana.