Evitar dos tentaciones
Tanto la disponibilidad de Jesús como su misericordia se dan con totalidad a los demás. Todo su tiempo pertenece a otros, a aquellos a quienes ha sido enviado, que encuentran en Él alivio y consuelo. Jesús nunca se "instala" en donde le acogen bien : "también a otros pueblos he de anunciarles el Reino ". Y a pesar de sus intensas jornadas le vemos orando a solas. Fijemos los ojos en el Maestro y evitemos caer en dos tentaciones :el activismo, negándonos el tiempo necesario para la oración y la relación personal con el Señor ; y la de quedarnos allí donde somos bien recibidos, olvidando que hemos sido enviados incluso a aquellos que no nos acogen,confiando en el Señor.