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Mostrando entradas de noviembre, 2016

Adviento, tiempo de sencllez

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Jesús alaba y da gracias al Padre por haber revelado los secretos del Reino a los pequeños. Yes que sólo entran de verdad s en el espíritu del Adviento los sencillos de corazón. No se trata de hacer grandes cosas o de usar elaborados discursos. Sino de abrirse al don de Dios y alegrarse de su salvación. Y esto no lo podremos hacer si estamos  llenos de nosotros mismos. Sólo viviremos la verdadera alegría de la Navidad, si vamos aprendiendo a apreciar y agradecer humildemente el amor que Dios nos tiene. Y no nos bastará una alegría exterior, porque en lo profundo de nuestro corazón habremos reconocido la venida del Señor a nuestra historia. En cada Eucaristía lanzamos una mirada hacia el futuro: «mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo». El «ven, Señor Jesús» lo proclamamos muchas veces. Pidamos al Señor, que esta mirada esté llena de esperanza, par...

Adviento, tiempo de confianza

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El evangelio de hoy nos muestra a Jesús realizando un milagro. Y no un milagro a cualquiera, sino a unas personas paganas. Lo que el profeta había anunciado empieza a cumplirse, los paganos reciben la luz. Jesús es el Esperado de Israel, el Mesías, la verdadera Luz, el príncipe de la paz y su Palabra salva. El centurión era romano y militar ; pertenecía a la nación que dominaba a Israel. Pero era honrado, un hombre bueno . Se preocupaba de la salud de su criado. Dios ya estaba actuando en él. Jesús alaba su fe y confianza: «Señor, no soy digno...» Adviento es siempre un tiempo de gracia para todos, los cercanos y los alejados. Adviento y Navidad son un canto de confianza en nuestras vidas. Dios nos quiere salvar, sea cual nuestra historia. Él ha venido ha señalarnos el camino de la verdadera salvación ; y, nosotros, su Iglesia, debemos seguir anunciando al mundo Quién es la verdadera luz que quita o...

Esperar lo inesperado

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Comenzamos el tiempo de Adviento y me detengo hoy en las palabras de Jesús:  «Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán». No deja de resultar chocante que el acontecimiento final de cada uno suceda en la actividad ordinaria. Y, otro punto, el hecho de ser llevado o dejado por el Señor cuando las dos personas hacen aparentemente lo mismo, me habla de ese Dios que ve el corazón; y me hace preguntarme ¿qué acciones mías son las que se salvan a sus ojos? ¿qué cosas de mi vida son las que Dios valora realmente? Empieza el Adviento, un nuevo año, quizás es momento de pensar en serio en dejar esas cosas que no valen y que Él también dejaría y ponga la mirada y la acción en lo que es valioso a sus ojos y no vivir distraída. Darme cuenta de que bajo la aparente superficiali...

Manteneos en pie

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Todos necesitamos un "motor", algo que de sentido a nuestra vida y nos anime a no dormirnos, a hacer frente a las dificultades de esta vida, y no siempre sabemos conectarnos a la "wifi" del Espíritu. ¿Qué nos falta? Estar de pie, ante Cristo, es estar en vela y en actitud de oración, mientras vivimos, con todo lo que conlleva, de alegría y de sufrimiento, en medio del trabajo y del ocio. No importa tanto si la venida de Jesús está próxima o no: para cada uno está siempre próxima, y lo importante es estar atentos para que no se nos escape su presencia en su venida diaria a nuestra existencia, en los sacramentos, en la Eucaristía, en los hermanos, en los pequeños o grandes acontecimientos que nos toque vivir. En la Eucaristía encontramos los cristianos la mejor preparación para su venida: "cada vez que coméis este pan y bebéis este vino (momento privilegiado del "hoy"), proclamáis la muerte del Se...

Kairós

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Estamos continuamente creciendo, caminando hacia delante. A lo largo de la historia han caído grandes imperios e ideologías. Pero la iglesia de Jesús, sigue  intentando transmitir al mundo lo que Él enseñó, evangelizarlo, para que su mensaje de amor alcance a todos.   En el Adviento, que empezamos este domingo se nos llamará a estar  atentos a la venida del Señor a nuestra historia. Pidámosle saber descubrirle en cada momento de nuestra vida, que cada uno sea un "kairós", un tiempo de gracia y de encuentro con el Dios que nos salva.

Ella creyó que nadie la veía

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La mujer que nos presenta el evangelio de hoy dio todo lo que tenía y, lo hizo con humildad y amor. Un gesto que mereció la alabanza de Jesús y ha llegado hasta nosotros. Podríamos preguntarnos si nosotros damos de lo que nos sobra o de lo que necesitamos. Si ahondamos un poco más, si lo hacemos gratuitamente o "pasando factura ". Si ponemos lo que somos en juego o nos reservamos por algún tipo de interés. Jesús se nos ha dado totalmente: se ha entregado por todos, y se nos sigue ofreciendo como alimento en la Eucaristía. ¿Podremos reservarnos nosotros en la entrega de cada día ? Pidamos al Señor saber dar sin que badie se de cuenta, ni esperando aplausos, sólo para que Él lo.vea sonría.

Jesús es el único rey al que podemos hablar de tú a tú

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La figura de Cristo se nos presenta hoy en una dimensión de realeza: Jesús es rey del universo, pero un rey un poco peculiar. El evangelio tiene como escenario el Calvario. Y en el centro destaca una cruz, donde eran ajusticiados los esclavos. Aquí no hay sitio para los signos de la fuerza a los que podemos estar acostumbrados.  Cristo quiere ser reconocido como rey únicamente a través de una adhesión libre, en el amor, sin imposición. Es un Rey vencido por la fuerza, pero victorioso en la debilidad del amor, que nunca aceptó el uso de la fuerza. Incluso su lenguaje, que a su alrededor era de política y de fuerza, sólo fue de misericordia, perdón y amor. P idámosle que su ejemplo de amor y entrega hasta la cruz nos mueva a ser buenos súbditos suyos, buenos ciudadanos de su Reino.

Ir a lo fácil

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Todos tenemos algún don, un dote especial para algo. De ellos nos habla hoy Jesús en el evangelio, los talentos que cada uno de nosotros hemos recibido los hemos de trabajar, porque somos administradores, no dueños. Nuestra vida es a la vez aventura y riesgo. Vivamos de tal modo que, al final, no se nos tenga que tachar de "empleado holgazán" que no ha hecho rendir lo que se le había encomendado. Quizá podamos preguntarnos qué fruto estamos dando de esa moneda de oro que es nuestra vida, si estamos yendo a lo fácil o desgastándonos en el servicio a los hermanos . Pidamos a María que nos ayude a vivir de tal modo que al final de nuestra vida seamos considerados dignos de oír de labios del Padre bueno: "muy bien, siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor".

Señor, que vea otra vez

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Contemplamos un breve diálogo entre Jesús y el ciego: "Señor, que vea otra vez", "recobra tu vista, tu fe te ha curado". Y le sigue lleno de alegría, glorificando a Dios. También nosotros, cuando nos acercamos a Jesús con la humildad del ciego,  recobramos la luz. Él,con su pan y su palabra, nos enseña sus caminos e ilumina nuestros ojos para que no tropecemos. Puede ocurrir que nos encontramos  en un momento oscuro  de nuestra vida y no nos sale espontánea la oración: "Señor, que vea otra vez". Quizá sea hoy el día de ponernos junto a Él y repetir esta oración confiando en que a su tiempo encontraremos respuesta. También podemos preguntarnos qué hacemos para ayudanr a que alguien se entere de que está pasando Jesús. Si somos sus seguidores, examinemos hoysi le imitamos en su atención a los ciegos que hay al borde del camino.

Encuentro

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Jesús  explica  "a los discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse". Nuestra oración es siempre una respuesta, no es la primera palabra. Es encuentro  con la voluntad de Dios, que desea lo mejor para nosotros. A veces brotará en momentos de dolor, otras en momentos de alegría, pero siempre ha de salir de un corazón humilde y abierto a la confianza en Dios. Pidamos a María que nos ayude a vivir nuestra fe como la de la pobre viuda que insistía para conseguir justicia; que nunca nos cansemos de confiar en el amor del buen Dios.

Alegre confianza

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El año litúrgico está llegando a.su fin. Las lecturas de estos días son una invitación a la vigilancia, a poner el acento en lo importante, a no malgastar el tiempo en aquello que nos aleja de la verdadera Vida. Hoy de nuevo comprobamos  que los criterios de Cristo son diferentes de los de este mundo: "el que pretenda guardarse su vida, la perderá, y el que la pierda, la recobrará". La vida y todo lo que en ella sucede va unida a una alegre confianza, en ese Jesús al que recibimos con fe en la Eucaristía; y Él que nos ha asegurado: "el que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día", será nuestro juez. Pidamos a María que nos conceda vivir amando al estilo de Jesús.

A vuestro alcance

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Rezamos en el Padrenuestro: "venga a nosotros tu Reino". Pero este Reino es imprevisible, está oculto, pero a la vez actuando: en la Iglesia, en su Palabra, en los sacramentos, en los cristianos que hacen vida la Palabra allí donde se encuentran. Pero seguimos soñando con lo espectacular y no  acabamos de ver la Realidad en la realidad. El Reino está "dentro de nosotros", el Reino es el mismo Jesús,que, al final de los tiempos, se manifestará en plenitud, pero que ya está en medio de nosotros. Y más, para los que celebramos su Eucaristía: "el que me come, permanece en mí y yo en él".

Una casa para la verdad

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¿Una catedral es fruto de un deseo pasajero o alguna cosa que se pueda realizar por propia voluntad?… Ciertamente, las iglesias que hemos heredado no son fruto de un simple asunto de capital, ni una pura creación de un genio; sino que son fruto de martirios, de grandezas y sufrimientos. Sus fundamentos son muy profundos; descansan sobre la predicación de los apóstoles, sobre la confesión de fe de los santos y sobre las primeras conquistas ganadas por el Evangelio en nuestro país. Todo lo que hay de noble en su arquitectura, que cautiva los ojos y llega al corazón,  no es un puro efecto de la imaginación de los hombres, sino que es un don de Dios, es una obra espiritual. La cruz está siempre plantada en el riesgo y en el sufrimiento, y regada con  lágrimas y sangre. Ella no arraiga ni da fruto si su predicación no va acompañada de renuncia. Los que detentan el poder pueden decretar, favorecer la religi...

El escándalo, el perdón y la fe

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Tres aspectos en los que podemos aplicar el pensamiento de Jesús a nuestra vida. Podemos ser ocasión de escándalo para los demás, con nuestra conducta. Para bien o para mal, influimos en los que conviven con nosotros. A todos nos cuesta perdonar, pero  Jesús nos invita a hacerlo, aunque se repita el motivo siete veces en un día. Para llegar a ello tendremos que pedirle, como los apóstoles: "Auméntanos la fe", y apoyarnos en la gracia de Dios. Porque con nuestras solas fuerzas fracasaremos. Quizá algunas cosas nos parezcan  imposibles de perdonar, pero con la fuerza de la Eucaristía se hará realidad y será en nuestra vida algo tan sorprendentey sanador, al menos, como lo de la morera transplantada al mar.

Él se alegra, ¿y tú?

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El evangelio nos introduce hoy en el corazón de Dios,que  es rico en misericordia. Cuántas veces nos alejemos de él y no deja de buscarnos hasta que nos encuentra y, lo que es aún más sorprendente, ¡se alegra!  Su misericordia la emplea con nosotros, no nos excluyamos, que también tenemos nuestros momentos de alejamiento y despiste. Y también con todos los demás pecadores. Pero las parábolas de Jesús siempre pretenden enseñarnos algo. ¿Será, quizás una lección sobre  nuestra actitud con los demás, cuando fallan? ¿En qué se va pareciendo nuestro  corazón al del buen pastor? Dios busca a los que fallan , uno por uno, les hace fácil el camino de vuelta, les acoge, se alegra y hace fiesta cuando se convierten.¿Hacemos nosotros lo mismo ? Pidamos a María saber ser y comportarnos con los demás como auténticos pecadores perdonados, que han acogido en su corazón la misericordia del Padre y la son misericordiosos como Él. 

Creados para la vida

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Hablar o pensar en la muerte nos llena de preguntas y, por qué no decirlo, de un cierto temor.  En la  primera lectura escuchamos unas palabras que nos llenan de esperanza :  "La misericordia del Señor no termina, no se acaba su  compasión... El Señor es bueno para los que en él esperan y lo  buscan. Es bueno esperar la salvación del Señor".  Y es que Jesús ya nos ha precedido en el paso  de la muerte a la vida y nos transformará a todos "según el  modelo de su condición gloriosa, con esa energía que posee  para sometérselo todo", como nos ha dicho Pablo. No sabemos  cómo será la muerte, pero tenemos la certeza  de que al final  del camino seremos invitados a participar de la vida de aquél en quien creemos. Celebrar este día nos recuerda que vamos hacia un destino, que nos espera una morada preparada por el mismo Jesús. Y,...

El horizonte de la santidad

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Celebramos hoy la solemnidad de todos los santos, una fiesta de alegría y agradecimiento por la santidad ya cumplida en muchos hermanos nuestros y que, por otro lado, nos sirve de estímulo para seguir creciendo cada día.  En el evangelio, Jesús, nos muestra dónde encontrar ese camino de santidad que Él mismo recorrió. Pero quisiera detenerme hoy en la carta de Juan. Nos dice "Ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos". No sólo nos llama hijos sino que ya lo somos. Podríamos decir del mismo modo que somos ya santos. Solo nos queda abrir nuestra vida para acoger este regalo. «Aún no se ha manifestado lo que seremos». Pidamos a María que nos conceda este don dejar actuar en nosotros la santidad que se nos regala, de hacerla crecer, de dar el fruto que el Padre nos pide. Y que el ejemplo de todos los santos sea para nosotros estímulo para ser fieles.