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Mostrando entradas de mayo, 2017

Salir de uno mismo

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Contemplamos hoy a María que va a visitar a su pariente Isabel. Vemos en ella el ejemplo más claro nuestro camino de creyentes, llamados a anunciar el Evangelio en todas partes y siempre. María va lejos de su casa,así también nuestra vida debe proyectarse hacia fuera  de nosotros mismos, de nuestras seguridades, para ir hacia los demás. En este camino,  María es compañera de viaje y madre, nos recuerda que su Hijo Jesús está siempre con nosotros. María permanece con Isabel unos tres meses, para ofrecerle no sólo la ayuda concreta y todas las atenciones que necesita, sino también el cariño y el afecto. Isabel es símbolo fe tantos que necesitan ayuda y amor, en nuestras familias, en nuestras comunidades, en nuestras ciudades. En esa , María da a conocer a Jesús. Ese es el objetivo de toda acción misionera, dar a los hombres el Evangelio vivo y personal, que es el propio Jesús, el único que llena el corazón de alegría. Pidamos a María la gracia de permanecer atentos a la...

Nunca nos dejas solos

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El texto de Hechos que leemos hoy podría servirnos de revisión de  este curso que estamos terminando. Hemos contemplado a Pablo estos días, su entrega a la evangelización, su creatividad, su dejarse conducir por el Espíritu, se servicio generoso a las comunidades que iba formando. ¿Se podría decir lo mismo de nosotros este curso?¿Lo hemos vivido con entusiasmo, radicalidad, entrega generosa y dejando actuar al Espíritu?¿Hemos trabajado por nuestra causa o por la del Señor? También Jesús en el Evangelio resume la misión que ha cumplido: la voluntad del Padre. En su oración pide la plenitud de su misión y la vuelta al Padre. Ora por los suyos, en una oración llena de amor e intimidad con el Padre y por los suyos,los que van a quedar en el mundo. También nosotros estamos incluidos. Él sabe de las dificultades del camino, por eso pide la ayuda del Padre, nos promete su presencia y nos da su Espíritu como maestro y abogado. No nos sintamos solos, ni cedamos a la tentación del...

En Ti, mi paz

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En Éfeso, Pablo encuentra unos doce hombres, creyentes, pero que sólo han recibido el bautismo de Juan Bautista y no conocen al Espíritu Santo. . Pablo les instruye sobre la relación entre el bautismo de Juan y la fe en Jesús. Ellos.aceptan la fe, son bautizados de nuevo, en el nombre de Jesús, y reciben el Espíritu con la imposición de manos de Pablo. Sigamos aprendiendo de la pedagogía de Pablo. Él no rechaza  sin más la situación en que se encuentra cada uno, parte de los valores ya asimilados, y que suponen una buena base para el camino hacia Cristo, dejando actuar al Espíritu Santo. En el evangelio, Jesús, parece poner en duda la fe de los Apóstoles: «¿ahora creéis?». Sabe que dentro de poco le van a abandonar todo. Jesús los anima antes de que pase. Les ayuda a hacer fuerte su fe, que va a sufrir la.mayor de las pruebas, la separación del Maestro.  Pero la victori...

Una alegría fecunda

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Las persecuciones exteriores nos hacen sufrir, pero también existe esa "persecución interior", esos miedos, cansancios que se  y nos van colando cada día. Es e impulso interior que quiere llevarte a dejar todo,a ir perdiendo pocos poco la esperanza. Las palabras que el Señor dirige a Pablo: «No temas...que yo estoy contigo» también van dirigidas a nosotros cuando vivimos momentos de dolor, de sufrimiento. Nuestra tristeza de hoy está llamada a convertirse en alegría, una alegría profunda, fecunda, como la de la Pascua de Jesús, que alumbra un mundo nuevo y lo salva. A veces buscamos alegría a corto plazo, momentánea, algo que nos evada de los momentos difíciles, y eso nos deja aún más tristeza. La alegría que nos propone Jesús conlleva la fidelidad, y muchas veces el dolor, pero siempre la esperanza de que Él está con nosotros alegrando nuestro corazón, y esa alegría nadie nos la podrá quitar nunca.

La salida del túnel

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Los judíos de Corinto rechazan la predicación de Pablo, excepto el jefe de la sinagoga. Algunos paganos se convierten y van formando la comunidad. El ambiente difícil de Corinto no desanima  a Pablo, que permanece en la ciudad bastante tiempo para consolidar la comunidad. Pablo nos enseña a ser pacientes en la evangelización, a no forzar los tiempos. Lo importante es la "siembra" aunque no nos toque a nosotros recoger los frutos. En el Evangelio, continúa el discurso de despedida. Los apóstoles no entienden las palabras de Jesús, referidas a su muerte inminente y al anuncio de su resurrección. La palabra de Jesús no es de tristeza, aunque esta sea la primera reacción de los suyos ante su ausencia, Él siempre estará presente, aunque de otro modo. A nosotros también nos cuesta entender cuando en nuestra vida entra el dolor, cuando todo se vuelve oscuridad y parece que la salida del túnel no la alcanzaremos...

Un fino instinto en nuestro hacer

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Es de admirar la creatividad de Pablo en su anuncio del Reino. Hoy podríamos preguntarnos si cultivamos ese fino instinto de Pablo en nuestro lenguaje, en nuestro uso de los medios de comunicación, en nuestro dialogo. Podríamos preguntarnos también si nos esforzamos lo suficiente por buscar puntos de partida comunes, que acerquen y hagan posible un posterior anuncio del mensaje de Jesús. Jesús nos dio el gran regalo del Espíritu Santo, no sólo como defensor, sino también como Maestro. El Espíritu sigue animando, guiando, iluminando. «Se inscribe en nuestro corazón y se convierte en nosotros en principio de valoración en las opciones y de guía en las acciones cotidianas; se convierte en principio de vida. En efecto, es del interior de nosotros mismos de donde nacen nuestras acciones: es precisamente el corazón lo que debe convertirse a Dios, y el Espíritu Santo lo transforma si nosotros nos abrimos a Él.»(Papa Francisco) Pidamos al Señor que estemos siempre abiertos a la acción...

Un Espíritu que nos ayuda a mantener el tipo

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Pablo hace que nos cuestionemos nuestra actuación como cristianos. ¿Cómo afrontamos las dificultades? ¿Perdemos el ánimo o sabemos aprovechar toda circunstancia para seguir anunciando a Jesús? En momentos duros cuesta "mantener el tipo", puede que lo primero que acuda sea la tristeza y que surja en nuestro corazón, como en el de los Apóstoles, poder ver a Jesús, experimentar su presencia a nuestro lado. Es normal buscar seguridades y una prueba visible de que no estamos solos. Leyendo el Evangelio de hoy el corazón arde, como el de los discípulos de Emaús, ante una doble presencia que nos llena de ánimo y confianza, la presencia del Resucitado, y la del Espíritu, defensor, maestro que hace madurar la fe ¿Dónde experimentar vivamente la presencia del Resucitado en nuestra vida? Diría que la forma privilegiada es la Eucaristía, donde la fuerza  del Espíritu hace posible que el pan y el vino se conviertan para nosotros en el Cuerpo y Sangre del Señor, y que en cada comuni...

Testigos en medio de la dificultad

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Vemos a Pablo, conducido por el Espíritu, adaptarse a las circunstancias que iba encontrando. Predicaba en la sinagoga, junto al río, o en la plaza de Atenas. Si le echaban de un sitio, iba a otro. Si era acogido, se quedaba y formaba una comunidad, dejándola consolidada. Su anuncio era Cristo. Dejemos al Señor comunicarnos su Vida,para que demos testimonio de nuestra fe en el ambiente que nos toque vivir,sea o no favorable. En el Evangelio, Jesús anuncia las persecuciones que sufrirán por su causa. Los seguidores de Jesús las experimentaron desde el primer momento. Ayer y hoy contamos con la ayuda del Espíritu, el abogado, el defensor. Con su fuerza podemos hacer frente al mal, en cualquiera de sus manifestaciones, y permanecer fieles a Jesús, dando valiente testimonio de Él.

Modelo de amor

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Discernir supone siempre un esfuerzo para dilucidar la voluntad de Dios. Tomando ejemplo de las decisiones tomadas en Jerusalén podíamos preguntarnos si a veces nos empeñamos en imponer a otros cargas innecesarias, o si les imponemos ciertas "condiciones" para que se amolden a nuestro gusto. En toda decisión comunitaria debería primar el amor, centrarnos en lo importante y no enredarnos en discusiones sobre lo secundario. Dejemos el papel principal al Espíritu para ni encerrarnos en nuestros intereses o dejarnos llevar de la rutina o comodidad. La señal de nuestro acierto será la alegría y un aliento renovado en nuestra tarea. Jesús, en el Evangelio, va progresando en intimidad con los suyos: «no os llamo siervos, sino amigos», «no sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido». Y les indica una dirección más comprometida para el seguimiento: «éste es mi mandamiento, que os améis unos a otros como yo os he amado».  Se pone a sí mismo como modelo, Él...

Escuchar, conocer, creer, seguir

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Los discípulos huidos de Jerusalén fueron evangelizando -anunciando que Jesús es el Señor- a regiones como Chipre, Cirene y Antioquía de Siria. Primero a los judíos, y luego  a los paganos. Aparece Bernabé. Era de Chipre, hombre generoso y conciliador. Los responsables de Jerusalén enviaron a Bernabé a.Antioquía y éste vio en seguida la mano del Espíritu en lo que sucedía en aquella comunidad. Fue a buscar a Pablo y lo trajo a Antioquía como colaborador en la evangelización. Bernabé influyó así decisivamente en el desarrollo de la fe en gran parte de la Iglesia. Nuestras comunidades tienen un modelo misionero en la comunidad  de Antioquía , abierta a las varias culturas y estilos,  respetuosa de lo esencial. Nuestras comunidades  necesitan personas como Bernabé, que saben ver el bien y alegrarse por ello, que creen en las posibilidades de las personas y las valoran dándoles confianza, que se fijan en las fuerzas positivas de la comunidad. Personas conc...

Alegría en el amor y la fidelidad

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La comunidad que se reúne en Jerusalén nos ofrece la imagen de una comunidad que escucha, valora lo que hay a favor y lo que hay en contra, se abre a la novedad que el Espíritu está suscitando por encima de discusiones, aunque también las hubo. Jesús continúa con la metáfora de la vid y los sarmientos, llevándonos al significado y concreción del «permanecer» en Él: se trata de «permanecer en su amor, guardando sus mandamientos». El Padre ama a Jesús y Jesús al Padre. Jesús, a su vez, ama a los discípulos, y éstos deben amar a Jesús y permanecer en su amor, guardando sus mandamientos, lo mismo que Jesús permanece en el amor al Padre, cumpliendo su voluntad. Esto es lo que nos lleva a la alegría plena, el amor y la fidelidad con que vivimos en lo concreto lo Él nos pide, aunque a veces no sea fácil. Pidamos al Señor que la celebración de esta Pascua nos ayude a crecer en alegría viviendo en amor y fidelidad al Resucitado.

Amor primero

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Por nuestra parte nos toca permanecer en ese amor primero que recibimos.

Enviados y corresponsables

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Pablo y Bernabé regresan de su primer viaje misionero, recorriendo en orden inverso las ciudades en las que habían evangelizado y fundado comunidades, hasta llegar a Antioquía, de donde habían salido. Nombran presbíteros orando sobre ellos, ayunando y encomendándolos al Señor. Llegados a Antioquía de Siria dan cuentas a la comunidad, que les había enviado a su misión. Aprendamos de este modelo de misioneros, de su sentido de comunidad, de su sentirse enviados y corresponsables. Y también de la comunidad que envía y después acoge y escucha al que llega. En el Evangelio de hoy, Jesús, promete a los suyos la paz, una paz y una seguridad que vienen de su íntima unión con el Padre Cuando vivimos momentos de desasosiego, ser conscientes de que Jesús está presente activamente en nuestra vida es fuente de serenidad interior. Repitamos hoy,en nuestro interior la palabra del Señor: «no tiemble vuestro corazón ni se acobarde». Y acojamos la paz que nos trae el Resucitado.

Permanece en mí

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Como la vida de Pablo y Bernabé, la nuestra también experimenta momentos de éxito y momentos de fracaso. Algunos de ellos pretenden quitarnos nuestra paz interior y debilitar nuestra fe. En otros, tendremos que estar atentos para no caer en la tentación de "endiosarnos" perdiendo de vista que lo nuestro es llevar a los demás a Jesús. Jesús nos invita en el Evangelio a una comunión de vida con Él. Hace su morada en nosotros, nos convertimos en templos de Dios y de su Espíritu. Nos invita también a permanecer atentos al Espíritu, nuestro verdadero Maestro interior, nuestra memoria: el que nos va revelando la profundidad de Dios, el que nos conecta con Cristo. Cuando celebramos la Eucaristía y recibimos a Jesús como alimento de nuestra vida, se hace realidad esa mutua permanencia de vida y de amor. Pidamos al Señor que permanezcamos siempre en Él.

Confianza y compromiso

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Pablo en su discurso en la sinagoga de Antioquía anuncia directamente a Jesús como el Salvador, el Hijo de Dios, el que da sentido a la vida. En el discurso de la Ultima Cena, Jesús anima a los suyos, les invita a que no tengan miedo. Él  se va, pero a prepararles el camino. Jesús, ante la pregunta de Tomás, "no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?", se manifesta como "el camino, y la verdad, y la vida ". Esto supone para nosotros un compromiso, seguir tras él, y una gran confianza, porque no vamos sin rumbo, El es el camino. Pidamos al Señor ser cada día más conscientes de que fuera de él no hay verdad ni vida, porque él es el único camino, que se nos note en los mil pequeños detalles de la jornada que intentamos seguir su estilo de vida. Celebrar la Eucaristía, escuchando su Palabra y recibiendo su Cuerpo y su Sangre, es recibir la fuerza para  la jornada, para caminar tras él, como Pablo, haciendo de nuestra vida un anuncio viviendo conv...

Entregados

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Pablo, en su discurso en la sinagoga de Antioquía de Pisidia, hace un recorrido desde la salida de Egipto y la conquista de la tierra prometida, hasta Jesús de Nazaret, a quién presenta como la respuesta de Dios a las promesas de toda la historia de Israel. Pablo anuncia a Jesús como la respuesta plena de Dios a la búsqueda humana de sentido. En el evangelio escuchamos la consecuencia que Jesús quiere que saquen sus discípulos del gesto del lavatorio que acaba de realizar . El discípulo tiene que imitar lo que ha aprendido de su maestro. Podríamos quedarnos en la admiración del gesto del lavatorio de los pies hecho por Jesús. O en una meditación sobre cómo ha de entenderse la autoridad. Pero se nos pide imitar, en nuestra vida, su actitud de servidor de los demás. En la Eucaristía, Jesús nos hace participar de su entrega de la cruz por la vida de los demás. Pero también nos encargó que le imitáramos en el lavatorio de los pies. Pidamos al Señor saber sintonizar, como Pablo...

La luz siempre compromete

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El Espíritu Santo, protagonista en la vida de la comunidad de Antioquía, actúa fuertemente y Bernabé y Pablo son enviados por la comunidad a evangelizar. Comienza su primer viaje misionero. Imitemos el ejemplo de la comunidad de Antioquía, mantengámonos  unidos y dejémonos  animar por el Espíritu para ser fecundos en nuestra misión. Jesús, en el Evangelio,  proclama el misterio de su persona. Es el enviado de Dios. Usa una imagen muy expresiva: «yo he venido al mundo como luz, y así el que cree en mí no quedará en tinieblas». La luz siempre compromete, porque pone en evidencia lo que hay, tanto si es bueno como si no . Aceptar la Luz implica caminar en la verdad, en el amor. La «tiniebla» es dejarnos manipular por la mentira , y encerrarnos en nuestro egoísmo. Pidamos al Señor vivir siempre en su Luz y siendo luz para los demás.

Tener vida

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Una vez más la iniciativa de Jesús nos sorprende eligiendo como Apóstol a quién menos hubiéramos esperado, un perseguidor de los suyos. Pablo acoge con generosidad y firmeza la llamada del Maestro. El encuentro con el Resucitado transforma su vida, que dedicará al anuncio del Evangelio. Cabría preguntarse si, como Jesús, sabemos dar un voto de confianza a las personas o si respondemos a las llamadas del Maestro con la misma prontitud que Pablo. Llegamos,en el Evangelio,al final del discurso del Pan de la vida, Jesús habla de comer y beber la Carne y la Sangre que va a dar para la vida del mundo en la cruz. Dos versículos nos describen las consecuencias que la Eucaristía va a tener para nosotros, según el pensamiento de Cristo: «el que come mi carne y bebe mi sangre, habita en mí y yo en él» . Y añade: «el Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre: del mismo modo, el que me come vivirá por mí». La unión de Cristo con su Padre es única, vital y profunda. Así quiere que s...

La pedagogía de Felipe

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Felipe nos muestra un gran ejemplo de pedagogía evangelizadora,  ayudar​ a otros, a partir de su curiosidad, de sus inquietudes, de sus preguntas o cualidades, a que encuentren la respuesta en Jesús y le acepten en su vida. Lo hace a partir del AT que estaba leyendo. Las personas a las que nos acercamos tienen su propio AT, sus deseos, sus miedos, sus proyectos, su sensibilidad. Pidamos al Señor que nos guíe,como a Felipe, a acompañar en el camino y ayudar a que descubran a Jesús en sus vidas. En el Evangelio, continúa el discurso de Jesús. La idea principal podría venir resumida en este versículo: «os lo aseguro, el que cree tiene vida eterna». La fe es un don de Dios, al que respondemos con la decisión personal. Al final de la lectura de hoy, la nueva repetición: «yo soy el pan vivo» tiene ahora otro desarrollo: «el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo». Donde Jesús entregó su carne por la vida del mundo fue sobre todo en la cruz. El texto va apuntando a la...

El alimento de la Vida

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Esteban, da testimonio valiente de Cristo Resucitado y Victorioso. También nosotros somos invitados a vivir la Pascua,imitar a Cristo no sólo cuando las cosas van bien, sino también en la entrega a lo que cuesta y en el perdón de nuestros enemigos; ese doble movimiento Pascual, que es muerte y vida. En el evangelio, la gente pide «signos» a Jesús. Todo el discurso siguiente va a ser como una homilía en torno al tema del pan: el pan que multiplicó Jesús el día anterior, el maná que Dios dio al pueblo en el desierto, y el Pan que Jesús quiere anunciar. Quiere hacerlos pasar de la anécdota del milagro a la categoría del «yo soy el pan de vida». Jesús es  el Pan de la vida, el que nos da fuerza para vivir. El Señor, Glorioso y Resucitado, se nos da él mismo como alimento de vida. No tendríamos que conformarnos con saciarnos nosotros de ese Pan. Pidamos al Señor, saber ser nosotros pan partido para los demás, anunciemos sin miedo al que sacia todas las hambres que podamos sentir....