Con la mirada puesta en Ti

A todos nos gusta practicar algún deporte o, al menos, como diría uno de mis peques de catequesis, que lo que más le gusta es verlo por la tele. La carta a los Hebreos nos propone hoy un símil deportivo, que podemos aplicar a nuestra vida y sacar partido. Un atleta se despoja de todo lo que le estorba para poder correr.¿Qué cosas hacen pesado nuestro camino?¿Debo desprenderme de alguna preocupación, de algún pecado que aún me tiene esclavizado, de alguna relación inconveniente que no me atrevo a soltar? Para el viaje de la vida hay equipaje que llevamos y más que necesario es perjudicial. Un atleta se siente acompañado por su entrenador, por su equipo, por su público. ¿Sentimos la compañía y el ánimo, en nuestra carrera de la fe, de quienes nos han precedido y que han recorrido el mismo camino con éxito: la Virgen y los Santos de todos los tiempos? ¿Y la de nuestros familiares y ...